Vivir bien con Colon Irritable: Síntomas, Tratamientos y Dietas

mujer_colon_irritable Hartos de los síntomas, frustrados por la poca calidad de vida y cansados de la nula empatía. Sabemos qué significa tener Colon Irritable, también llamado Síndrome de Intestino Irritable. elColonIrritable.com, escrita por y para pacientes, nace para difundir información veraz y de calidad y para ayudarte a recuperar tu calidad de vida y dejar atrás la hinchazón, los gases, el dolor, la diarrea y el estreñimiento. Te contamos nuestras opiniones y experiencias y cómo hemos conseguido vivir bien con Colon Irritable.

Qué es el Colon Irritable

El Síndrome de Intestino Irritable, comúnmente llamado Colon Irritable, es un trastorno intestinal caracterizado por cuatro síntomas: dolor abdominal, cambios en las deposiciones (diarrea o estreñimiento), hinchazón y tenesmo (sensación de insatisfacción tras la defecación). El SII es un trastorno funcional digestivo, lo que significa que no hay una lesión observable que pueda ser detectada por alguno de los métodos diagnósticos actuales (colonoscopia, ecografía…). El dolor abdominal generalmente se describe como calambres abdominales que aparecen y desaparecen, que a menudo mejoran después de defecar. Las deposiciones varían en su forma, color y consistencia, y pueden ser acompañadas de moco.

Estos síntomas se manifiestan durante un tiempo prolongado, afectando considerablemente a la calidad de vida del paciente. Se calcula que entre el 10 y el 15% de la población mundial sufre el Síndrome de Intestino Irritable. En España, el 50% tarda hasta 10 años en consultar al médico sobre este problema. El SII no es mortal, no está asociado a ningún tipo de cáncer intestinal y no suele presentar complicaciones graves de la salud, pero puede condicionar en gran medida la vida del paciente. Además, hay una alta prevalencia de depresión o ansiedad entre las personas que tienen Colon Irritable, especialmente entre las mujeres, quienes tienen un mayor riesgo de sufrirlo.

El SII se subclasifica en:

  • SII-E: predomina el estreñimiento (28,7% de pacientes).
  • SII-D: predomina la diarrea (32,4% de pacientes).
  • SII-M: SII mixto, la diarrea y el estreñimiento se alternan (32.4% de pacientes).
  • SII-I: patrón indeterminado (6,5% de pacientes).

¿Cuáles son sus síntomas?

Los signos del Colon Irritable son variados aunque recurrentes, y varían en gravedad:

  • Distensión e hinchazón abdominal: sensación de abdomen lleno acompañado de un aumento más o menos visible de su tamaño. Suele ser uno de los primeros síntomas en aparecer
  • Dolor abdominal: en una o varias partes del abdomen. Es frecuente que se dé en el ángulo cólico izquierdo o flexura esplénica, debido a gases atrapados entre el colon transverso y descendente, en la parte superior izquierda de abdomen.
  • Diarrea: heces blandas o acuosas, generalmente acompañadas de un aumento en la frecuencia de las deposiciones.
  • Estreñimiento: heces duras y grumosas, además de un descenso en la frecuencia defecatoria (menos de tres veces por semana).
  • Tenesmo: sensación de necesitar evacuar incluso después de haberlo hecho. El esfuerzo para defecar es mayor aunque la cantidad de heces que expulses sea muy pequeña
  • Moco en heces: el moco es una sustancia producida por el propio colon para lubricarlo y facilitar el movimiento de las heces. Sin embargo, una presencia excesiva de moco es un indicador de enfermedad intestinal.
  • Pérdida de peso no intencionada debido a cambios en la dieta para reducir los síntomas.
  • Flatulencias: exceso de gas acumulado en el intestino.

Otros síntomas intestinales relativamente frecuentes son ardor estomacal, digestiones lentas y pesadas y sensación de saciedad precoz al comer. El cambio del ritmo intestinal y el aumento de esfuerzo defecatorio puede causar hemorroides sangrantes, aunque es conveniente precisar que la presencia de sangre en heces no es un indicador directo de SII.

Además, se pueden presentar síntomas extradigestivos como:

  • Cansancio
  • Regla dolorosa
  • Cefalea
  • Dolor de espalda
  • Micción frecuente
  • Dolores musculares y óseos
  • Ansiedad y depresión

Síntomas en mujeres

Los expertos aún no conocen la causa exacta del Síndrome de Intestino Irritable, pero una cosa de la que sí están seguros es que el género sí juega un papel. Las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de ser diagnosticada con Colon Irritable, y el SII-estreñimiento es significativamente más frecuente entre el género femenino que en el masculino. Se cree que las hormonas sexuales contribuyen a estas diferencias de género, así como factores culturales y roles de género.

Las mujeres pueden sufrir un agravamiento de sus síntomas durante el periodo menstrual. Los trastornos del suelo pélvico y la endometriosis son además otros de los factores que pueden desencadenar los síntomas, y algunas mujeres asocian el embarazo con un empeoramiento del dolor. Saber más sobre los síntomas del SII en mujeres.

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¿Cuáles son sus causas?

El Síndrome de Intestino Irritable fue considerado durante muchos años como un trastorno mental al no encontrarse evidencia alguna de daño orgánico de ningún tipo en el aparato digestivo de los pacientes que lo padecían. La etiología del SII es multifactorial e implica la interferencia de neurotransmisiones entre el sistema nervioso central y los intestinos. Sin embargo, se desconocen las causas exactas, pero los últimos estudios sugieren que los pacientes con Colon Irritable tienen una mayor sensibilidad en sus intestinos.

Otras causas propuestas incluyen disfunción muscular y nerviosa, tránsito gastrointestinal aumentado o reducido, tolerancia reducida a estímulos dolorosos, alteraciones en las bacterias intestinales e inflamación intestinal.

El SII puede aparecer sin motivo aparente, aunque es común que los pacientes relacionen la manifestación de sus primeros síntomas con alguna de estas situaciones:

  • Después de un periodo de mucho estrés, ansiedad o depresión, factores que en cualquier caso exacerban los síntomas.
  • Ingesta elevada de determinados tipos de alimentos o bebidas, como el café o el alcohol.
  • Edulcorantes como el sorbitol o la fructosa, presentes en multitud de alimentos procesados.
  • Después de vivencias traumáticas (abuso, maltrato, muerte de un ser querido…).
  • Después de una infección intestinal (gastroenteritis, amebiasis, infección por Helicobacter Pylory…).

¿Cómo se diagnostica?

El SII es un trastorno funcional digestivo y no existe ninguna prueba que lo diagnostique. Por esta razón, un grupo de profesionales de todo el mundo desarrolló los Criterios de Roma, un sistema de clasificación que se utiliza actualmente para todos los trastornos gastrointestinales funcionales, incluido el SII. Estos criterios basados en síntomas se modifican en ocasiones a medida que surgen nuevos conocimientos, lo que hace que el diagnóstico sea más preciso.

Según el criterio diagnóstico del SII de Roma IV, el síntoma más característico es el dolor abdominal recurrente, sufrido al menos 1 día a la semana en los últimos 3 meses, que es relacionado con:

  1. La defecación: el dolor mejora o empeora después de defecar.
  2. Un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
  3. Un cambio en la forma (apariencia) de las deposiciones.

Sin embargo, estos criterios diagnósticos no son totalmente infalibles. Otras enfermedades intestinales comparten los síntomas del SII, por lo que en muchas ocasiones se considera el SII como un «diagnóstico de exclusión». De este modo, los médicos confirman el diagnóstico de SII solo después de que no se haya encontrado ningún resultado anómalo en las pruebas diagnósticas. Algunas de las pruebas que se suelen realizar:

NombreDescripción de la prueba
ColonoscopiaExamen para visualizar el intestino grueso (colon) y el recto realizado con un endoscopio. Por lo general se realiza cuando hay signos de alarma, como hemorragia rectal o pérdida de peso, o como parte de un programa de detección de cáncer de colon después de los 50 años. Se suele usar sedación por lo que es indolora. Es frecuente la topa de biopsias para descartar colitis microscópica. Más información sobre la colonoscopia.
Análisis de sangreBúsqueda de anomalías para distinguir el SII de otras enfermedades.
Análisis de hecesCultivo de heces para detectar bacterias y parásitos.
Enema de barioObtiene imágenes de rayos X del tracto intestinal inferior.
Test de hidrógeno espiradoPara descartar intolerancia a la lactosa, fructosa o sorbitol, y estudiar el sobrecrecimiento bacteriano y la malabsorción intestinal.
GastroscopiaExamen para visualizar la parte alta del tubo digestivo (esófago, estómago y duodeno) con un instrumento llamado endoscopio. Es frecuente la toma de biopsias del duodeno para descartar celiaquía.
EcografíaOndas sonoras de alta frecuencia para capturar imágenes en vivo del interior del cuerpo.

Tratamientos

En los casos más leves no será necesaria la medicación. Si pese a modificar el estilo de vida y retirar de la dieta los alimentos más irritantes sigues teniendo síntomas, es posible que tu médico te paute una medicación. Puede ser:

Probióticos: aunque su efecto terapéutico global es todavía incierto, algunos probióticos parece ayudar a regular el tránsito intestinal, reduciendo el dolor, las flatulencias y la distensión abdominal. No obstante, no todas las cepas probióticas son eficaces, ni tampoco lo son en todos los casos de SII. Hay multitud de marcas comerciales, cada una de ellas con una o varias cepas distintas (Ultralevure, Prodefen, Produo, Alflorex, Profaes4, Kijimea…).

Espasmolíticos: usados principalmente para el dolor y la distensión abdominal, relajan el músculo liso y de la pared intestinal y no tiene efectos adversos destacables. Algunos de los espasmolíticos son:

  • Spasmoctyl (Bromuro de otilonio)
  • Buscapina (Butilescopolamina)
  • Duspatalin (Mebeverina)
  • Probanthine (bromuro de propantelina)

Antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, imipramina o nortriptilina, doxepina, mianserina, trimipramina, clomipramina): están indicados para casos moderados o graves, especialmente de SII con predominio de diarrea, por sus efectos secundarios anticolinérgicos y cardiovasculares. Los antidepresivos tricícliclos regulan la disfunción sensitivomotora del intestino,  lo que que disminuye la percepción central de dolor.

Antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (citalopram, fluoxetina y paroxetina): son particularmente útiles en los enfermos con SII y depresión o ansiedad.

Antibióticos (rifaximina, metronidazol…): en casos de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado se recomienda el uso de Spiraxin (rifaximina), aunque todavía es desconocido el alcance real del sobrecrecimiento de bacterias. Otros antibióticos pueden ser usados si se sospecha de infección bacteriana.

Para la diarrea, principalmente está indicada la Loperamina (inhibidor de la motilidad intestinal) o la Colestiramina (resincolesteramina) para la malabsorción de sales biliares.

Para el estreñimiento se han demostrado efectivos la fibra soluble (Plantaben, entre otros), los laxantes osmóticos, que lubrican y ablandan las heces duras, y los laxantes estimulantes, que modifican la motilidad intestinal. También son útiles los Agonistas de los receptores 5HT4, que estimulan la motilidad gastrointestinal y el reflejo peristáltico.

En cualquier caso, es imprescindible acompañar la estrategia farmacológica con una modificación del modo de vida y terapia psicológica si es necesario.

¿El Colon Irritable se puede curar?

El Colon Irritable es un trastorno funcional digestivo sin causa orgánica que pueda detectarse mediante una prueba diagnóstica. A pesar de décadas de investigación, todavía no existe cura para el SII. Sin embargo, ¡no te desanimes! Es posible controlar los síntomas de la enfermedad hasta un punto en que el dolor, la diarrea o el estreñimiento ya no formen parte de tu vida. Para ello, sigue en tratamiento pautado por tu médico, cambia tu estilo de vida y vigila lo que comes.

La importancia de la dieta y el estilo de vida

El 60% de los pacientes relaciona ciertos alimentos con la aparición de los síntomas, y el 70% de los pacientes que siguen la dieta FODMAP mejora sus síntomas y reduce el dolor abdominal. Por otra parte, los últimos estudios apuntan a que el ejercicio físico de intensidad moderada-baja atenúa los síntomas del Síndrome del Intestino Irritable en mujeres a través de mecanismos antioxidantes e inflamatorios. Por lo tanto, hay una serie de recomendaciones generales que suelen ayudar a controlar mejor los síntomas:

Dieta FODMAP

La dieta FODMAP es pobre en hidratos de carbono fermentables: oligosacáridos como el fructano, disacáridos como la lactosa, monosacáridos como la fructosa y polioles como el sorbitol. Los pacientes con SII tienen dificultades para absorber estos carbohidratos, lo que provocaría el exceso de gas, la hinchazón y la aceleración del tránsito intestinal. Fue desarrollada por profesionales especialistas en enfermedades digestivas de la Universidad de Monash (Austraia) y es la que más éxito ha tenido en pacientes con Síndrome de Intestino Irritable. Consta de tres fases:

  1. Fase de eliminación, en la se eliminan todos los alimentos con alto contenido en alguno de estos carbohidratos, como la cebolla, la manzana, la harina de trigo o los productos lácteos. Tiene una duración de 2 a 6 semanas.
  2. Fase de reintroducción, en la que se reintroduce cada grupo de alimento, registrando cuáles desencadenan los síntomas y cuáles no. Dura entre 3 y 4 meses.
  3. Fase de alimentación personalizada: se relajan todas las restricciones dietéticas y se reintroducen los alimentos que no causan problema, limitando de igual modo los que sí nos lo dan.

Saber más sobre la dieta FODMAP y conocer la lista de alimentos prohibidos y permitidos.

Hábitos saludables

Estos hábitos saludables te ayudarán a controlar los síntomas:

  • Haz comidas pequeñas y frecuentes. Las comidas copiosas exacerban los síntomas.
  • Escucha tu cuerpo: mantén un registro de los alimentos que consumes para averiguar qué alimentos provocan los brotes de dolor.
  • Mastica despacio. Al hacerlo ingerirás menos aire, lo que ayuda a disminuir los gases y la hinchazón. Come sentado y despacio, en un ambiente relajado. Evita masticar chicle, usar pajitas y beber bebidas carbonatadas.
  • Ten un horario regular: come a la misma hora todos los días.
  • Incrementa el consumo de fibra soluble. Las recomendaciones de fibra son 25 gramos diarios para las mujeres y 38 gramos al día para los hombres. Es posible que en tu caso particular necesites más o menos fibra. La mejor manera de comer más fibra es concentrarse en comer más frutas, verduras, nueces… Habla con tu nutricionista de confianza para ajustar la dosis diaria.
  • Bebe al menos 2 litros de agua al día.
  • Elimina de tu dieta el café, el alcohol y el tabaco. Puedes sustituir el café por el té blanco y el tabaco por el ejercicio físico. El alcohol puede ser tolerado en pequeñas cantidades, pero es recomendable evitarlo.
  • Haz ejercicio moderado.
  • Evita las situaciones de estrés.
  • Mantén buenos hábitos de sueño.

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Remedios naturales

Los probióticos naturales como el kéfir, la kombucha o el chucrut, algunas hierbas como la menta o el hinojo y el aloe vera son algunos de los remedios caseros que existen para relajar la musculatura intestinal y disminuir la distención abdominal. Estos remedios deben considerarse una terapia complementaria, por lo que no deben reemplazar la medicación pautada por un profesional. Algunos de estos remedios los puedes encontrar en tu casa; otros tendrás que adquirirlos en un herbolario o en una tienda de suplementos dietéticos. En cualquier caso, habla con tu médico antes de probar cualquier remedio.

Saber más sobre estos y otros remedios caseros.

Colon Irritable, estrés y ansiedad

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Todavía no está claro si el estrés, la ansiedad o la depresión causan el SII o viceversa. Lo que sí está claro es que hay algún tipo de interacción entre el cerebro y nuestro intestino. Un estudio de la publicación griega Anales de la Gastroenterología concluyó que el 16% de los pacientes con Colon Irritable sufre ansiedad y el 30% depresión, frente al 6% y el 18% respectivamente de la población general. Además, los pacientes con SII pueden sufrir la ansiedad específica de síntomas gastrointestinales, que consiste en mostrar un preocupación excesiva por los movimientos del aparato digestivo. Incluso es posible desarrollar un sentimiento de aversión a la comida y de rechazo a situaciones que asocien con los síntomas.

Conocer más sobre el eje bidireccional intestino-cerebro.

Cómo manejar el estrés y la ansiedad relacionada con el SII

  • Yoga: Un estudio de la Revista Europea de Medicina Integrativa concluyó que tres horas de yoga a la semana durante 3 meses alivian los síntomas de Colon Irritable, mejoran la calidad de vida del paciente y reducen la ansiedad relacionado con el SII.
  • Meditación: los ejercicios de respiración disminuyen los niveles de ansiedad y dolor relacionados con el SII. A esta conclusión llegaron en este estudio de la revista PLOS ONE en el que participaron 19 pacientes con Síndrome de Intestino Irritable y 29 con Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
  • Terapia cognitivo-conductual: una investigación publicada en la prestigiosa revista The Lancet apuntó a que la Terapia cognitivo-conductual específica para el Síndrome de Intestino Irritable puede proporcionar una mejora a largo plazo.

Mi historia: cómo mejoré mi colon irritable

A los 16 años comencé a tener mis primeros síntomas. Eran muy leves, solo tenía diarrea muy esporádicamente, sobre todo si tomaba mucho café u otras bebidas o alimentos irritantes. A los 18 años los síntomas se intensificaron. Comencé a sentir mucho dolor en el ángulo esplénico del colon (entre el colon transverso y el descendente) después de las comidas. Fui al médico de cabecera y tras hacerme unos análisis de sangre que no reportaron ninguna anomalía, me derivó al digestivo.

Mi condición de salud solo se agravaba con el paso de las semanas. El dolor era cada día más insoportable  y empecé a perder mucho peso. Los médicos me mandaron algunos productos de parafarmacia (probióticos, suplementos alimenticios, hierbas digestivas, Gelsectan…), pero ninguno aliviaba mis síntomas. Con lo único que logré mejorar fue con la dieta FODMAP y algunos probióticos, pero su efecto fue muy temporal. Además, al restringir demasiado mi dieta y reducir mi ingesta calórica (comía 1 o dos veces al día) desarrollé una especie de aversión a la comida que me provocaba ataques de hambre que no podía controlar.

Mi vida se descontroló: vivía con dolor constante, estaba frustrado porque nada de lo que tomaba me hacía mejorar, y además el dolor impedía mi desarrolló vital y ya me estaba afectando académica y socialmente.

Tras multitud de visitas a más de 4 médicos diferentes, las pruebas diagnósticas detectaron una amebiasis, una colitis linfocítica, una hernia de hiato y una esofagitis. Me pautaron una ronda de antibióticos para eliminar las amebas de mi cuerpo seguido de un corticoide (budesonida) para tratar la colitis microscópica de tipo linfocítica. Mejoré, pero todavía seguía teniendo mucho dolor después de ingerir cualquier alimento, lo que me hacía ir al baño después de cada comida para mitigar un poco el dolor. Entonces, ya con 21 años, me diagnosticaron Síndrome de Intestino Irritable post-infeccioso.

El Colon Irritable y mi calidad de vida

Durante más de un año y medio mi vida fue un infierno. No tenía calidad de vida. Mi rutina consistía en levantarme de la cama y pensar en cómo gestionar el día para tener el menor dolor posible. Nunca hacía las tres comidas diarias, a veces hacía una o incluso ninguna. Tuve que dejar muchos proyectos personales; no pude dar todo lo mejor de mí en la universidad y rompí relación con algunos de mis amigos. Apenas contaba lo que me sucedía porque sentía vergüenza y asumía que no me iban a entender. Me afectó en todos y cada uno de los ámbitos de la vida. Tenía que poner excusas para rechazar planes sociales y no podía hacer casi ningún esfuerzo intelectual porque el dolor me lo impedía. Tuve decenas de bajones que me empujaban al aislamiento social y a malos hábitos de vida. Viví un infierno digestivo.

Cómo salí del infierno digestivo

Hubo momentos en los que pensé que jamás iba a salir de esta situación, que nuca vería luz al final del túnel. Siempre he sido de carácter reservado, y además estudiaba lejos de mi población de nacimiento, por lo que tuve que encargarme en soledad de todas las pruebas diagnósticas y de concertar citas con todos los médicos a los que fui.  Encontrar un buen médico es importantísimo, no todos los médicos están preparados para guiarte en una situación como esta. Con mucho esfuerzo, sacrificio y determinación mental continué peleando por encontrar alguna medicina que me hiciese mejorar. Y así, a base de prueba y error, di con la amitriptilina, que si bien no alivió todos mis síntomas, sí redujo mi dolor. Aún no estaba al final del túnel, pero comencé a ver algunos rayitos de sol.

Mis consejos

Si tienes un Colon Irritable leve, ¡no te preocupes! Estoy segurísimo de que mejorarás con la dieta FODMAP y con otras estrategias terapéuticas que te paute tu doctor. Si ya has hecho cambios en tu dieta y en tus hábitos de vida y no has conseguido mejorar, es posible que te veas incapaz de realizar una vida normal y te sientas desorientado, asustado, deprimido e incluso avergonzado.  Muchas personas con SII  hemos pasado por lo mismo: nos sentimos así un día y creímos que nunca podríamos volver a hacer ciertas cosas (salir, viajar, trabajar…) y solo el tiempo, la tenacidad y la experiencia demuestran que no es así. ¡Yo nunca he parado de viajar! Tienes que estar preparado y mentalizado de la situación a la que te enfrentas, y tienes que asumirla con responsabilidad y madurez. El camino estará lleno de baches y es necesaria fortaleza mental para continuar compitiendo. En muchas ocasiones sentirás que nadie de tu círculo mas cercano te entiende. Hay que armarse de paciencia, ser valiente y como en cualquier enfermedad centrarse en el optimismo y no dejarse vencer por el miedo y la pena.

Afronta la enfermedad con naturalidad. Compártelo con tu familia y con tus amigos más cercano. No tienes por qué dar demasiados detalles a todo el mundo. La realidad es que no todo el mundo está preparado para escuchar cosas así. Pero naturalizar la enfermedad te dará seguridad y confianza en ti mismo.

No interrumpas tu vida social. Cuida tus amistades y mantén una actitud alegre. Tendrás muchos bajones: ¡no pasa nada! Todos nosotros hemos tenido muchos. Es importantísimo que evites todo lo posible aislarte del resto durante estos brotes. Quedarte sol@ en casa solo hundirá tu estado emocional, te invadirá el sentimiento de tristeza y te frustrará por la incapacidad para salir de la situación en la que estás. Si los síntomas realmente te incapacitan, descansa, tampoco pasa nada por desconectar unos días si lo necesitas. Pero no te castigues, cuando estés mejor olvídalo y sigue adelante. Después de cada brote es imprescindible que continúes con la misma energía y positividad que antes. Consigue superar el día a día y que el sentimiento que te invada sea el de satisfacción y orgullo por haber continuado el camino y por haber sido fuerte y valiente.

Todos nosotros hemos pensado en rendirnos alguna vez. Todos nosotros alguna vez hemos pensado que íbamos a vivir toda la vida así. Pero nunca lo hemos hecho. El camino lento y tortuoso, pero solo caminando y haciendo camino al andar encontramos lo que buscábamos, vivir bien con Colon Irritable.